WARTILE

Wartile: vikingos, figuras y rol de mesa

Muchas veces Kickstarter nos ha traído juegos increíbles como Hyper Light Drifter o Shovel Knight. O incluso The Banner Saga, un juego táctico de vikingos haciendo cosas de vikingos, que es básicamente lo mismo de lo que va Wartile, el título del que vengo a hablaros hoy. Su premisa es bastante distinta a The Banner Saga, ya que el juego en cuestión (que podéis encontrar ya en Steam) se basa en figurillas coleccionables que nos acompañarán durante nuestras misiones. Pero no os preocupéis, voy a ir despacito hablando de todo. Así que poneos vuestro casco con cuernos y montad en el drakkar conmigo, porque nuestra misión está a punto de empezar.

Lo primero que hay que comentar es que el juego como tal no nos ofrece ningún tipo de historia. Tenemos a un grupo de vikingos haciendo lo que cualquier grupo de vikingos (o de aventureros de cualquier juego de rol genérico) podría hacer: recoger calaveras, sacrificar corderos y demás. ¿Por qué? Pues… Porque son vikingos, imagino. No hay nada que nos motive a seguir adelante jugando a nivel de argumento, y el hecho de que los personajes jugables sean figuritas a las que podemos cambiarles el nombre no es algo que ayude. El juego no solo no nos transmite nada (ni ha tenido en ningún momento intención de hacerlo), sino que además casi llega a desmotivar la falta de gancho en las descripciones de las misiones.

Lo que atrae del juego es, no obstante, su apartado artístico, sus diseños «vikinguérrimos», sus mapas que parecen sacados del mejor y más detallado juego de mesa jamás hecho. Un tablero con casillas hexagonales con tu grupo de aventureros vikingos con sus habilidades especiales, hechizos y demás cosas que, si fuera un juego de mesa, sacaría los colores a muchas de las alternativas que podríamos encontrar. No obstante, he ahí su problema: no es un juego de mesa. Es un videojuego. Y si bien parte del proceso de diseño es similar, el formato le falla, y mucho.

La interfaz deja mucho que desear en muchos aspectos. Las opciones para avanzar o partir a la siguiente misión están algo ocultas y cambian de posición en la pantalla de forma continua. En ningún sitio podemos encontrar qué significan las estadísticas y tenemos que imaginar qué son cada uno. Y por último, lo que creo que es uno de los fallos más garrafales de la interfaz del juego: no sabemos los valores de vida y daño de ningún personaje durante los ataques, enemigo o aliado. Esto, en según qué tipo de juegos (Monster Hunter es el primero que se me viene a la cabeza), puede ser algo interesante para mantener la tensión. Pero ¿en un juego táctico donde tenemos que vigilar y equipar armas que modifican tus atributos? Creo que es de las peores decisiones que se podrían tomar. Si bien es cierto que viendo la tabla de puntuaciones del personaje podemos saber su vida, el único indicativo visual a primera vista es un círculo de color que se va a haciendo más pequeño cuanto menor es la vida del personaje. Si a todo esto le sumamos el hecho de que el juego se ejecuta por defecto en ventana pequeña y cada pantalla de carga nos devuelve a la pantalla pequeña… el resultado final es poco deseable. Por no hablar de que las cartas de habilidad son ilegibles en la gran mayoría de las situaciones y que la localización al castellano roza lo nefasto en varias ocasiones, macros rotas incluidas.

Si bien es cierto que el apartado artístico y lo que se dejó ver durante los tráilers tenía buen aspecto, el resultado final es, cuanto menos, poco alentador. Tras ver cómo no lograron llegar ni a la mitad de su KickStarter, ver el juego publicado es un bonito signo. Esto también nos lleva a pensar que el juego ha llegado como buenamente ha podido y ni una año de Acceso Anticipado del título parece haberle hecho suficiente bien al juego. Esperemos que ciertas carencias del juego vayan supliéndose poco a poco con algún que otro parche, porque ahora mismo no es más que un figurita algo requebrajada y mal pintada: puedes jugar con ella si eres un fan de la temática o el juego en cuestión, pero siempre vas a preferir una figura pintada profesionalmente.