El auge en la franquicia Warhammer no es ningún secreto para los conocedores de este juego de mesa bélico. Gracias a juegos como Total War: Warhammer o el futuro Warhammer 40k Dawn of War 3 los fans de Games Workshop estamos más que contentos con la cantidad de títulos y contenido de estos fantásticos universos. Aun así, como ocurre en todos los ámbitos de la vida, siempre existirán ovejas negras, títulos cuya calidad sea más que cuestionable y que desgraciadamente hagan tambalear a la buena reputación de la saga en su totalidad.
Hoy analizamos Warhammer 40k Deathwatch Enhanced Edition, un juego de estrategia por turnos muy al estilo de XCOM que apareció por primera vez en dispositivos móviles, posteriormente en PC y finalmente ha llegado a PlayStation 4. ¿Merece la pena unirse al Kill Team y detener la invasión Tyranida o es mejor dejar el juego morir en los confines del espacio? Aquí os intentaré contar todo lo que necesitáis saber sobre Deathwatch.
La historia del juego es bastante simple: los Tyranidos, una raza alienígena perteneciente a otra galaxia, están invadiendo la nuestra para devorar a todo ser viviente, el Imperio (los humanos), que ya libra una guerra constante con todas las razas alienígenas existentes, decide enviar a la legendaria Deathwatch para retrasar el avance de estos aliens. La Deathwatch es una fuerza de élite entre los Marines Espaciales (soldados modificados genéticamente) y que raramente se usa en combate; el Kill Team está compuesto por los mejores Marines Espaciales de todos los Capítulos disponibles, es decir, cada Marine del equipo puede ser de su padre y de su madre, ya que forman parte de “ejércitos” diferentes que siguen sus propias costumbres y normas, generando enemistades entre ellos por rencillas del pasado o simplemente por tener filosofías de vida distintas.
Pues bien, el juego nos lanza directamente a la batalla para detener a los Tyranidos y liberar los planetas humanos de esta escoria xenos, muy simple, como os decía.
A la hora de jugar, Deathwatch nos presenta un juego de estrategia por turnos, muy parecido a lo que podemos encontrar en XCOM, donde manejaremos una escuadra de cinco Marines Espaciales. Las misiones que resolveremos pueden ir desde eliminar a toda la fuerza enemiga en la zona, plantar bombas o salvar a una unidad perdida en medio del campo de batalla. Tampoco os emocionéis mucho,la variedad de tareas brilla por su ausencia y nos veremos repitiendo los mismos objetivos pero en diferentes escenarios una y otra vez. La dificultad tampoco ayuda a seguir jugando demasiado, conforme más avanzamos en la trama la dificultad es aumentada artificialmente con hordas y hordas de enemigo sin fin y objetivos estúpidos que no aportar nada al jugador.
Para mover a nuestras unidades, contamos con puntos de acción (PA), cada casilla que nos movamos costará un PA, al igual que cada disparo. Eso sí, si el Marine seleccionado usa un arma de un calibre mayor puede que el gasto de PA sea superior y es que sí, Warhammer 40k Deathwatch cuenta con un sistema de clases que sin ser demasiado innovador cumple con su cometido.
Nuestras tropas pueden tener distintos roles: desde los Marines de Asalto, centrados en el combate cuerpo a cuerpo, los Marines estándar, la unidad más balanceada, el Marine pesado, con armas de gran calibre y potencial, hasta el Apotecario, básicamente la unidad médica de la escuadra. Cada una de estas clases tiene sus ventajas y desventajas, pero a la hora de la verdad apenas se diferencia salvo en el rango del arma de fuego o en si tienen la capacidad de golpear cuerpo a cuerpo o no. Aparte de este sistema de clases, cada Marine pertenece a un Capítulo distinto (Ultramarines, Ángeles Sangrientos, Lobos Espaciales, etc…) y estos tendrán sus propias habilidades especiales exclusivas de su Capítulo. Además, algunas armas tan solo podrán ser portadas por un Capítulo en especifico.
Para conseguir mejorar a nuestros soldados y sus habilidades, con cada muerte que consigan en el campo de batalla recibirán experiencia. Esta experiencia puede ser usada para subir sus puntos máximos de salud, su precisión o su probabilidad de ataque critico. También existe la posibilidad de desbloquear nuevas habilidades y huecos para reliquias y objetos de ayuda. Por desgracia, los requisitos para subir de nivel se disparan en rangos elevados y nos veremos obligados a “grindear” experiencia en misiones que ya hemos completado. Si ha eso le añadimos que podemos crear a cualquier Marine de la misma forma, tenemos unas opciones tácticas muy muy limitadas para un juego de este género.
En cuanto a la obtención de nuevo equipamiento y/o Marines Espaciales, tenemos la opción de “comprar” una especie de sobre que nos dará aleatoriamente tres cartas: dos armas o artefactos y un Marine Espacial de un Capítulo al azar. Cada sobre cuesta 100 créditos del juego y está bien que el título no tenga (al menos yo no lo he visto) un sistema de micropagos para hacerse con estos créditos, pero la única opción de conseguir esta moneda es completando misiones o vendiendo equipamiento obsoleto que ya no usemos. Sin embargo, si no abrimos sobres no podemos conseguir equipamiento y la cantidad de créditos que las misiones nos otorgan es bastante pequeña.
Si hablamos de la calidad del port, no creo que pueda decir cosas buenas de él. Esta versión de PS4 es un port a medio hacer de la versión de PC. El juego corre en el Unreal Engine 4, motor gráfico que no debería tener problemas en una maquina como PlayStation 4 pero, aún así, las texturas y efectos dan la sensación de que ni siquiera han cargado correctamente, una sensación borrosa y molesta es lo único que me he encontrado en un título que tendría que tener un apartado gráfico realmente increíble (como su versión de PC por ejemplo). Pero aquí no acaba todo, el control es horrible, no tenemos control de la cámara para empezar, es decir, si el juego decide que la cámara estará pegada al suelo no podemos alejarla y ver que enemigos nos esperan, ni siquiera al apuntar a uno de ellos. Me he visto en muchas situaciones apuntando a ciegas esperando que los disparos de mi Marine Espacial impactarán en el Tyranido. Luego tenemos los propios controles, no responden bien al Dualshock 4 y fallan más de lo que deberían al intentar mover las unidades, con constantes parones si decidimos mover varias unidades al mismo tiempo, cosa imposible gracias a que la cámara viaja a dónde quiere y cuándo quiere. Un verdadero desastre.
En el apartado sonoro tenemos algo más desastroso todavía. Para empezar no hay música “ingame”, bueno, miento, sí hay música “ingame”… en el menú principal. Durante las misiones no tendremos música ambiental, tan solo escucharemos los disparos y sonidos desagradables de los Tyranidos, así que si vais a jugar Deathwatch aconsejo tener vuestra propia música de fondo o un buen podcast que os haga más amena la experiencia de juego. Lo único encomiable es el doblaje del juego que, sin ser excelente, sí cumple dándonos momentos curiosos al ver como nuestras unidades hablan entre ellas y se lanzan pequeñas pullas y guiños al universo 40k. Los fans apreciarán este tipo de cosas.