¿Quién nos iba a decir que una saga protagonizada por un cazatesoros profesional y propenso a ser tiroteado se convertiría en una de las sagas más veneradas del mundo de los videojuegos? Puede que Naughty Dog, desde los tiempos de la primera PlayStation con Crash Bandicoot, alcanzara más de una vez la excelencia y un éxito nada desdeñable, pero no fue hasta la llegada de Uncharted, y en especial su segunda entrega, cuando más de media industria puso sus miras en un estudio que ha sido capaz de trasladar con éxito la escena cinematográfica más palomitera a un medio como el que nos ocupa.
Desde Uncharted: El Tesoro de Drake, hemos visto como Nathan Drake, elemento intrínseco de estas aventuras, ha evolucionado como personaje, pasando de ser una mera caricatura amparada en figuras como Indiana Jones a querer abrazar la humanidad; una evolución que se ha ido extrapolando al resto de secundarios que han seguido sus peripecias así como la construcción de los escenarios que recorren. Si bien, Alberto Venegas Ramos, licenciado en Historia y con un Máster en Educación Secundaria Obligatoria, no ha querido hacer con Uncharted: El Peso de la Historia el enésimo ensayo centrado en sus no pocas virtudes visuales e interpretativas, cuyo protagonismo sigue estando presente, sino más bien un ejercicio de reflexión amparado en los hechos históricos y la cultura popular.
Que nadie os lleve a equívocos. La serie desarrollada por Naughty Dog nunca ha buscado ser referente dentro de la Historia de este mundo. ¿O acaso arqueólogos y cazatesoros son los protagonistas de los noticiarios semanales descubriendo ciudades perdidas, tesoros extravagantes y criaturas que que no tienen razón de ser? Quizá las figuras históricas, ejes centrales de cada iteración, formen parte de nuestro pasado, pero tampoco era de esperar que su trasfondo fuera el mismo. Sea como fuere, Alberto dedica un grueso de sus líneas a describir sus vidas, lo que fueron y las diferencias pertinentes con los homólogos virtuales.
También hace lo propio con las ciudades perdidas, fruto de creencias culturales a través del tiempo, y cómo estas se reducen en Uncharted hasta el límite absurdo, en aras de encontrar el tesoro de turno antes que la parte antagónica. Todas estas desemejanzas son consecuencia del peso que ha tenido la cultura popular en diversas obras literarias y cinematográficas, no tanto fruto de la ignorancia, interpretando y deformando la realidad a voluntad con el fin de alcanzar un mayor espectro de espectadores. Una accesibilidad que se hace patente en el propio desarrollo jugable de los videojuegos, ya que nunca buscan entorpecer el avance de los usuarios con desafíos imposibles.
Hacer horas extra cuando aumenta el volumen de trabajo es una práctica habitual en toda empresa que se precie. No tanto cuando la explotación laboral entra en juego, enrareciéndose el ambiente así como la vida personal de los trabajadores, un problema que también está presente en el mundo de los videojuegos.
El crunch, jornadas de trabajo que no parecen tener fin y una de las prácticas más dañinas de la industria, marcó un punto de inflexión durante el pasado 2018 gracias sobre todo a la gente de Rockstar Games con Red Dead Redemption 2. Si bien, esta problemática es una constante que concierne a toda la industria del videojuego y la saga Uncharted no es una excepción. Alberto aborda esta suerte de germen cuando se centra en el desarrollo de estos, abandonando por unos breves instantes la parte histórica. Puede que las andanzas protagonizadas por Nathan Drake sean lo que son, referentes en el género de la acción, pero eso ha sido después de sufrir momentos duros y convulsos durante la creación de las mismas. Es más, mucho se ha hablado de que la gestación de Uncharted: El Tesoro de Drake no fue un camino de rosas, cosa que es cierta, pero también lo fue en el caso de su secuela.
Uncharted 2: El Reino de los Ladrones es considerado por muchos jugadores como la cúspide dentro de la franquicia y todo un ejemplo de como hacer una aventura de acción cinematográfica cuidada hasta el último detalle. Mas ese detallismo supuso jornadas de trabajo interminables así como un destino incierto, pues en el seno de Naughty Dog no estaban convencidos de que su retoño saliera en la fecha prevista. La ayuda de estudios externos, momentos varios de estrés y una nueva oleada de condiciones infrahumanas consiguieron salvar ese escollo, ¿pero a qué precio? A día de hoy, no es suficiente con hacer un ejercicio de concienciación, sino en visibilizar situaciones que son el pan nuestro de cada día y que hay que exterminar a toda costa.
Hecha la crítica, Alberto retoma el fin último de Uncharted: El Peso de la Historia; que los jugadores conozcan y sepan la importancia de la cultura popular en la saga que nos ocupa. Que seamos conscientes de las muchas libertades creativas y referencias cinéfilas presentes desde su nacimiento allá por el año 2007. Empero, esta ficción edulcorada e intencionada puede que baste para que nos interesemos por los acontecimientos importantes de la Historia, aquellos que dejaron una profunda huella e hicieron del mundo lo que es ahora. Quizá solo así nos convirtamos en estudiosos de la Historia.