Tsioque

TSIOQUE y la reinvención de los cuentos de hadas

Los cuentos de hadas infantiles, cuyo protagonismo recae en princesas que deben ser salvadas por el príncipe azul, han sido una constante en nuestras vidas. Dichas féminas han ido ganando en temperamento, carácter y personalidad, pero al final todo se reducía a que un valeroso guerrero cargara con toda la responsabilidad de salvar el día. ¿O acaso no hemos escuchado hasta el hartazgo el famoso “vivieron felices por siempre”? De hecho, gigantes de la talla de la compañía del ratón se han valido de este recurso desde tiempos inmemoriales con La Bella Durmiente y Blancanieves como principales portaestandartes. Por suerte los tiempos cambian y donde antes habían rosas ahora hay determinación y ánimos de no querer depender de nadie, de romper todos los esquemas posibles.

Incluso la misma Disney ha sabido empaparse de esta corriente positiva modernizando a sus personajes desde la década de los 90 y reinventándolos de cara a futuras generaciones. Ahí tenemos a mujeres como Mulán, Esmeralda y Pocahontas poniendo punto y final a una especie de maldición que lleva arrastrándose desde sus mismos inicios, en pos de ofrecer personajes que se salen de la norma habitual. Porque la valentía, sacrificar aquello que quieres por un bien mayor e ignorar muchas de las reglas socialmente aceptadas, que no correctas, son valores que han hecho posible esta metamorfosis. ¿Y qué es lo siguiente? Quizá sólo haga falta esperar para ver qué nuevos modelos van a seguir.

Tsioque

Sea como fuere, TSIOQUE, obra desarrollada conjuntamente entre OhNoo Studio y Smile, se ampara en algunos de estos conceptos, pero también se las ingenia para tomar otro cariz cuando la aventura alcanza su punto álgido. Es decir, tenemos hadas, dragones, caballeros armados hasta los dientes y una niña como principal elemento diferenciador, pues es capaz de sortear todos estos obstáculos al mismo tiempo que desenmascara muchos de los tropos que caracterizan al género. Asimismo, esta suerte de aventura gráfica, que bebe muchísimo de los juegos de LucasArts y Sierra Entertainment, es un acercamiento a la curiosidad inherente que sienten los más pequeños ante todo lo que ven y no conocen.

Mediante el poder de la rima, tomaremos el protagonismo de Tsioque, princesa de nacimiento y cuya madre hace gala del mismo ímpetu que ésta pero que, por motivos de fuerza mayor, se ve obligada a abandonar el nido, hecho que aprovecha el villano de turno para hacerse con el castillo y doblegar la voluntad de todos los presentes. Escapar de las mazmorras supone el primer enemigo a batir en forma de puzle y también una aproximación que permitirá que nos familiaricemos con las (pocas) mecánicas que atesoran esta pequeña gran evasión.

Tsioque

Afortunadamente, la lógica es imperante en el título, por lo que se deshace de todo atisbo de dificultad artificial presente en algunas de las vacas sagradas del género y que poblaban nuestras peores pesadillas. ¿O no se os viene a la cabeza esos acertijos, a veces carentes de toda lógica, que nos hacían pasar semanas en vela? TSIOQUE propone un reto amable y cordial en todo momento, ya que es consciente de que no puede competir con los mejores, de modo que se vale de armas menos destructivas que parecen haberse perdido a través del tiempo. Nosotros somos los ojos de la princesa, una representación de nuestro niño interior, y como tal, debemos mostrarle el camino hacia la verdad.

Este regreso a la niñez es incluso extrapolable si nos fijamos en el aspecto visual que porta por bandera, ya que abandona el realismo preponderante en esta industria cada vez más voraz a fin de abrazar la rama más artesanal. TSIOQUE adapta el estilo de los dibujos animados hechos a mano para ofrecer toda una explosión de colores que prometen ser objeto de admiraciones varias. Tampoco es menos cierto que sus limitaciones son más que evidentes, sobre todo si nos fijamos en la poca fluidez de algunas de las animaciones. Sin embargo, sería una falacia no alabar una dirección competente, una capaz de mirar de tú a tú al resto de congéneres con el mismo talante.

Tsioque

Por suerte, esta verborrea está próxima a acabar, pero antes de que eso ocurra tengo algo que contar. TSIOQUE es también una carta de amor una hacia aquellas aventuras gráficas que destacan con tanto fervor. En sus dos horas y media no ha habido ni un ejemplo de incoherencia exteriorizada, sino una amabilidad intencionada que siempre es agradecida. Tampoco hace ningún esfuerzo por abrazar la innovación, mas en ningún momento es esa su intención. La sencillez es una cualidad característica de una obra excepcional, la misma que nuestra pequeña princesa porta con su gracia habitual.

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