No es ningún secreto que a día de hoy es complicado crear secuelas que de verdad estén al mismo nivel o incluso superen a su predecesor. Lo hemos visto con infinidad de títulos y probablemente sigamos viéndolo hasta el fin de los tiempos. Sin embargo, Tango Gameworks, desarrolladores de The Evil Within han roto esta extraña maldición creando una secuela que coge los mejores elementos del trabajo original y los eleva todavía más sin perder esa esencia que los caracteriza.
Y sí, amigos, The Evil Within 2 ya esta aquí y os puedo asegurar que muchos estaréis sorprendidos con el resultado que Bethesda y el equipo del legendario Shinji Mikami (que ahora trabaja como productor, no director) han logrado esta vez.
Esta vez dejaremos los lúgubres y angustiosos pasillos del hospital psiquiátrico Beacon para enfrentarnos a una pesadilla mucho más amplia en el pequeño pueblo de Union, una especie de comunidad creada en un STEM, la terrible maquina que une la mente de multitud de personas a un solo anfitrión.
También será distinto el motivo por el que Sebastian Castellanos, anterior protagonista y ex detective convertido en borracho del pueblo, se adentre en las entrañas del infierno una vez más. Su razón es mucho más personal: rescatar a su desaparecida hija de las garras de Mobius, una organización secreta que controla el mundo desde las sombras.
La ciudad de Union, el experimento más importante de la siniestra Mobius, es un mundo que se desmorona. Esto causa que viles criaturas humanoides (y no tan humanoides) aparezcan por toda esta pequeña utopía, asesinando o transformando a sus habitantes en maquinas de matar sedientas de sangre. Para cuando nosotros entramos, todo esta perdido y las fuerzas de seguridad de Mobius han sido prácticamente reducidas a cenizas.
Sebastian tendrá que encontrar a su hija Lily, a la que creía muerta en un incendio hace años y que ahora se encuentra secuestrada por Mobius, siendo usada como conejillo de indias en experimentos horribles. Por supuesto, el pobre ex detective tendrá que enfrentarse a horrores salidos de la mente enferma de un psicópata (literalmente) y, como si se tratará de la Divina Comedia, tendrá que luchar contra sus propios demonios y vencer los traumas que lleva arrastrando tanto tiempo.
La historia no intenta jugar mucho con nuestras expectativas ni con nuestra imaginación, tal y como lo hacía su predecesor, pero aun así, deja bien claro que el argumento, mientras que sigue siendo importante para el desarrollo de Sebastian y su viaje, no tiene ese peso a la hora de transportarnos a este universo de pesadillas. Más bien al contrario.
Gracias al cambio de aires en este The Evil Within 2, nos encontramos con un mundo mucho más abierto, que se queda a mitad entre el susodicho tradicional y una experiencia lineal. Pero, lejos de enturbiar la experiencia de juego, esto ayuda a reforzar la sensación desconexión que sufre Union, permitiendo a Sebastian recorrer grandes áreas urbanas que han sido prácticamente destruidas por este extraño fenómeno, mientras intenta evitar a los numerosos enemigos que plagan las calles. Esto delimita el tamaño de los niveles y ofrece una experiencia que, dejando más espacio a la exploración, se mantiene muy compacta. Una de las novedades que trae este mundo semiabierto es la inclusión de pequeñas misiones secundarias que sirven tanto como para conocer un poco más de lo que nos rodea, como para desarrollar (mínimamente) a Sebastian y los personajes secundarios que nos encontraremos durante el juego.
A pesar de que tengamos más libertad de opción a la hora de empezar a jugar, eso no quita que el terror siga presente. De hecho, juraría que muchos de los jugadores que hayan empezado el juego de Tango Gameworks habrán vivido situaciones completamente distintas a las que yo durante mi partida, lo cual es reseñable, ya que combinar libertad de acción sin que nos desviemos de nuestro objetivo principal es algo que muy pocas veces se consigue ejecutar tan a la perfección como en el caso que nos ocupa.
En cuanto al gameplay, nos encontramos con un sistema de juego prácticamente similar al del primer título. Si queremos enfrentarnos directamente con los siniestros seres del STEM, tendremos a nuestra disposición una gran cantidad de armascon las que hacer pedazos a nuestros enemigos, eso sí, vigilad la munición. El sigilo es un arma poderosa y prácticamente obligatoria si queremos sobrevivir, pero que lamentablemente se ve manchado por la casi ofensiva inutilidad de la IA enemiga, que nos lo pondrá todo muy fácil, casi ni inmutándose de nuestra presencia.
La gestión de recursos vuelve y lo hace con mucha más fuerza que nunca, ya que la ciudad de Union es grande y alberga horrores. Para sobrellevar todo esto y seguir teniendo víveres, necesitaremos usar la cabeza y saquear cada emplazamiento, tienda o casa que nos encontremos por nuestro camino.Con un sistema muy similar al de The Last of Us (Naughty Dog) podremos combinar diferentes materiales para fabricar munición o objetos curativos, así mismo podremos mejorar las armas gracias a los materiales desperdigados por doquier. Sin contar con el mítico gel verde para mejorar las habilidades de Sebastian, The Evil Within 2 sabe controlar muy bien los recursos que pone a disposición del jugador, nunca dándote de más pero penalizándote si juegas sin cabeza. Consiguiendo convertir todo el hostil mundo de Union en algo orgánico, donde los recursos tienen sentido en el lugar donde se encuentran (por ejemplo encontraremos cadáveres de fuerzas de seguridad de los que podremos obtener jugosas recompensas) gracias al más que obvio cariño puesto en la producción del título.
A decir verdad, lo único que puedo achacar al título es la poca variedad de enemigos a los que nos enfrentamos. Quizá si hubieran rescatado unos cuantos de la primera entrega, se podría haber favorecido incluso a la faceta jugable del título, haciéndolo más dinámico de lo que ya lo es. Junto a la carencia de dificultad en su modo normal, haceros un favor y empezadlo en su máxima dificultad. Aunque se debe destacar las batallas contra los jefes finales, mucho más refinadas y distintas entre sí, son toda una delicia para los amantes del género.
En cuanto al aspecto técnico, vemos un salto significativo en cuanto a la primera entrega, algo que era de esperar, ya que The Evil Within también se publicó en PlayStation 3 y Xbox 360, haciendo del mismo un título intergeneracional. Pero ahora The Evil Within 2 solo está disponible en consolas de nueva generación, y eso se nota.
Con unas texturas mucho más cuidadas en cuanto a los personajes se refiere (no tanto en algunos escenarios en la versión de PlayStation 4) el horror nunca se ha visto tan terrorífico y visceral. Los efectos de iluminación y la tenue pero presente aberración cromática dotan de todo el escenario de The Evil Within 2 de un toque onírico, de pesadilla. Aunque no todo son halagos, y es que en algunos momentos de acción, cuando muchos enemigos se reúnen juntos y tenemos fuego de por medio, la tasa de frames por segundo cae en picado. Aún así, tan solo en momentos puntuales.
Como buen juego de terror que es, The Evil Within 2 cuenta con una cantidad de sonidos desagradables para advertirnos de la presencia de enemigos cercanos, sin embargo, la música del título es apenas inexistente. Salvo en el clímax de algún que otro enfrentamiento final, pasa totalmente desapercibida.
En definitiva, The Evil Within 2 es una mejora sustancia respecto a su primera entrega, con un gameplay más pulido y unas mecánicas más solidas, pero que falla a la hora de presentar la historia, la cual pierde fuelle nada más empezar pero logra redimirse a sí misma gracias a los grandilocuentes villanos que nos encontraremos. Si te gustó el primer The Evil Within y, en consecuencia, Resident Evil 4, vas a disfrutar mucho de este nuevo trabajo.