Taiko no Tatsujin ya es un clásico en las arcades japonesas. La saga de ritmo de Bandai Namco ha creado escuela, siendo una de las mas relevantes en el panorama. Por desgracia, pese a su gran relevancia en el país del sol naciente, los occidentales apenas hemos podido acceder a ella sin tener que pasar por la importación o algún titulo concreto que ha traspasado las fronteras de oriente.
En su momento se anunciaron tanto Taiko no Tatsujin: Drum Session! como Drum ‘n’ Fun, el juego hermano del que no hablaremos: mismo rollo, pero exclusivo para Switch y con otra lista de canciones. Yo ya estaba haciendo cuentas para importar alguno de estos dos, pero Bandai Namco ha decidido sorprendernos con esto, así que solamente puedo rezar para que funcione bien con el público y veamos por aquí nuevas entregas en un futuro.
La mecánica es sencilla. Tienes un tambor y debes golpearlo al ritmo de la música. En función de si son notas rojas o azules deberás golpear dentro o en el borde. Por desgracia, no he podido catar el juego con un tambor, así que he tenido que limitarme al mando de la PlayStation 4: básicamente es como si fueran solo notas azules o rojas asignadas a un botón del DualShock 4.
De entrada decir que esta falta de tambor empezó echándome para atrás. Nadie querría jugar a Guitar Hero sin una guitarra y pensaba que esto sería algo similar. Sorprendentemente, el mando es bastante cómodo, y aunque imagino que el tambor enriquecerá muchísimo mas la experiencia, no puedo evitar recomendar el juego pese a no tener el tambor.
Mi pequeño tirón de orejas con este juego viene con la selección musical. Está especialmente pensada en torno al publico japonés, por lo cual nosotros como baka gaijins nos encontraremos un surtido de canciones bastante variado del que… eh… apenas conoceremos alguna ya que no hemos nacido en el país del sol naciente ni somos lo suficientemente otakus.
Comprendo que traigan la misma selección que tuvieron en Japón, pese a que lleguen algunas cosas un poco extrañas para nosotros, pero no alcanzo a entender por que hits mundiales como Let it Go de Frozen están en japonés. Está bien, puede que un solo segundo de diferencia entre versiones puede estropear la secuencia rítmica y tocaría tratarla como una canción diferente, así que podría entender que la opción de que según el país en el que estés se escuche a Elsa cantando en tu idioma pueda ser algo bastante descabellado. Pero incluir al menos una variante en inglés me hubiese parecido suficiente, no creo que pida tanto.
Realmente estoy en una encrucijada con el tema de las canciones japonesas. Recuerdo como en su momento Osu Takatae Ouendanse localizó a occidente como Elitle Beat Agents, cambiando todos los temas japoneses por temas mas conocidos. Donkey Kongatambién paso por este proceso de “occidentalización”, allí Evangelion; aquí Bohemian Rhapsody. Curiosamente, el público sale ganando, ya que llega un punto en el que te puede interesar jugar a las dos versiones porque son completamente diferentes. Entiendo que hacer algo así es mucho más trabajo, ya que prácticamente sacas dos juegos, pero me siento un poco abrumado con tanta canción que, como occidental, no he escuchado jamás. Y aunque comparto la elección de que nos vengan las versiones íntegras tal y como salieron en su país de origen, tal vez mas variedad y algún hit global hubiesen ayudado a que me sintiera mas cómodo y hubiese sido una solución mas neutra.
El juego tiene un sistema de progreso bastante interesante. Junto a las canciones podemos observar un bingo. Cada casilla de éste es un reto de algo que deberemos conseguir al tocar la canción. Al lograrlo, se marca. Y al hacer linea, cantamos bingo. Con cada cante nos darán una moneda y luego estas se podrán emplear en abrir cofres que incluyen nuevos trajes para nuestros taikos. Cuando completemos la hoja entera podremos acceder a la hoja avanzada, la cual nos requerirá mucho mas esfuerzo para superarla.
La dificultad es un tema a tratar en Taiko. Pasamos del nivel parvulario a tener que activar el ultrainstinto para para acertar todas las notas (que, por cierto, puestos a poner un tema de Dragon Ball podrían haber puesto Ultimate Battle). El juego es MUY exigente, y si tu plan era sacar el trofeo de platino, espero que tengas mucho tiempo libre por delante.
En general, tenemos un juego de ritmo bastante solido. Pese a ser un juego que te ofrece todo desde el principio y no debería de tener ninguna sensación de progresión, el rellenar los bingos consigue picarte para conseguir los objetivos de cada canción. No es un juego al que jugar de atracón, pero echar una partidilla de vez en cuando siempre se agradece un montón. Recomendaría el juego a un publico un poquillo otaku si no fuera porque el propio titulo en japones lo hace solo.