star wars battlefront ii

Star Wars Battlefront II y las cajas de botín

Las puñeteras lootboxes. Estaba claro que en algún momento iban a salir a coladero en este análisis, así que he pensado que lo mejor sería quitármelas de en medio lo antes posible. Star Wars Battlefront II está diseñado por y para que nos gastemos dinero en las cajitas a ver si nos toca algo chuli que nos de una ventaja obscenamente grande sobre nuestros rivales.

Y sí, cuando te han matado porque tu rival tenía una carta que le hace más fuerte se nota. Se nota cuando a ti tu escudo te dura dos segundos y a él cinco. Se nota cuando a ti las habilidades te tardan un minuto en recargarse y a él 30 segundos. Y se nota cuando tú necesitas dispararlo cuatro veces y él a ti sólo una. Sí, es cierto que las microtransacciones ya no están disponibles «temporalmente», pero en un momento sí lo estuvieron. Esto hace que los que sí pagaron más de la cuenta le revienten la cara a quien no lo hubiera hecho en su momento.

Además, el juego se asegura de que te enteres de que te ha matado porque tiene mejores cartas que tú. Tras cada muerte te enseñarán el equipo de la persona que te ha eliminado, dándote a entender que quizás con esa carta de máxima rareza podrías haberle plantado cara. Casi parece que el juego te esté diciendo «¿Ves lo que tiene él? ¿No quieres tener lo mismo y ser más fuerte?». Sin duda, un método perverso para que nos veamos obligados a comprar más cajas para así conseguir estar a la altura de nuestros rivales.

Battlefront II

Pero vamos a dejar este tema atrás. Ahora quiero centrarme en eso de lo que nadie ha hablado sobre Star Wars Battlefront II: El propio juego.Vayamos por partes. Lo primero que que voy a comentar es el nuevo modo campaña implementado tras las quejas por su ausencia en la precuela del título. De primeras no soy de los que piense que un título como este necesite tener un modo historia, pero añadirlo es bien, porque cuantas más opciones mejor. No obstante, más vale que si lo haces, que al menos la campaña esté a la atura. No es el caso.

La campaña de Star Wars Battlefront II es una pérdida de tiempo. La historia son una sucesión de eventos sin demasiada conexión donde nos dedicamos a matar, matar gente. No es interesante ni a nivel narrativo, ni a nivel jugable. Me cuesta mucho decir que sus personajes tengan «personalidad» porque sus acciones muchas veces son contradicctorias o directamente no tienen sentido.

Pero lo peor es que empieza bien. Con Iden Versio, la protagonista y comandante de una de las fuerzas de élite del imperio, capturada por los rebeldes en lo que parece una intención de acercar a los dos bandos para decirnos que en la guerra no hay ni buenos ni malos. Pero esto no tarda en irse al garete cuando al final de la segunda misión, el imperio pone en marcha el que es probablemente el plan más estúpidoa la par que exageradamente malvado, que he tenido la desgracia de ver en un videojuego.

Algo que me pone triste de esta campaña es que, por momentos, parece querer contarnos algo. Mete escenas pausadas en las que sólo tenemos que caminar mientras hablamos, como hacía The Last of Us, donde los personajes hablan de sí mismos y de sus sueños, motivaciones, sus planes de futuro. Todo eso se rompe cuando, de repente, te meten en una pelea aburridísima en un mapa reciclado del modo multijugador donde sólo has de petar cabezas ante una inteligencia artificial tan estúpida que los stormtroopers de la trilogía original estarían orgullosos.

Battlefront II

El modo multijugador es otro cantar. Esta es la parte que se nota que DICE sí controla. Para empezar, tenemos mapas muy amplios -como viene siendo costumbre de la casa- que nos permiten afrontar el combate de la manera que a nosotros mejor nos parezca. Además ahora sí que hay clases predefinidas, cada una con un acercamiento diferente a la batalla, lo que añade cierta variedad y hace que se sienta todo más dinámico y reconocible. Esto hace que tengas que darte cuenta de que tipo de enemigo tienes delante e intentar darle en su punto débil.

También me gusta como DICE afronta cada mapa. Cada uno es distinto, no sólo a nivel de escenario, sino que los objetivos cambian según el mapa en el que nos encontremos. En Naboo los droides tienen que escoltar una carga que va a asaltar el palacio y los clones tienen destruirla. Pero luego, en Kamino son los clones los que defienden un terminal con archivos genéticos ante el ataque de los droides. Es por eso que cada mapa es su propio modo de juego, lo que sí da más variedad e incluso inmersión.

Otro detalle que se agradece es precisamente sobre la inmersión. A parte de que el título nos mete de lleno en el mundo de La Guerra de las Galaxias mediante una ambientación muy cuidada, con un apartado sonoro y visual genial, también sabe introducirnos a su universo de otras maneras. Al principio de cada partida, recibimos unas pequeñas instrucciones sobre por qué estamos luchando y cual es nuestro objetivo. Puede parecer una tontería, pero hace que por un momento dejes de jugar a un videojuego y que sientas que estás luchando para evitar que el imperio se haga con datos sobre la estrategia del ejército rebelde.

Volviendo a los mapas, incluso los hay que son parecidos a nivel mecánico, pero aún así consiguen diferenciarse notablemente. Escoltar la carga en Kashyyyk es muy diferente a hacerlo en Naboo. No ya solo porque son muy diferentes visualmente, sino porque la forma del mapa nos obliga a luchar de determinada manera. En Kashyyyk casi que es una lucha de guerrillas porque es muy difícil ver al enemigo y lo más eficiente es ir por tu cuenta y pillar desprevenido a tu rival. Mientras que en Naboo hay pequeñas batallas por las calles de la ciudad que involucran a varios soldados, que se coordinan para cubrir esquinas y no dejar ningún flanco al descubierto.

Battlefront II

Las batallas espaciales también tienen su aquel. Es un modo que se echó en falta en la primera entrega y ahora que están aquí se puede decir que es el modo más espectacular. El planteamiento de las partidas es muy parecido al de las que ocurren en tierra. Cada mapa tendrá unos objetivos concretos y unos tendrán que defenderse de un ataque mientras los otros intentan destruir algo.

La gracia aquí es que todo es muy accesible. Al contrario de lo que pueda parecer en un principio, este modo es, sin duda, el más fácil para los novatos. El control es muy arcade y se le pilla el truco enseguida, lo que lo hace idóneo para disfrutar de partidas rápidas y, como ya dije antes, muy espectaculares.

Es de nuevo ese apartado artístico y sonoro lo que hace que este modo entre tan bien y recuerde tanto a las películas. Además, el manejo simple hace que sea relativamente fácil esquivar obstáculos en el último momento o evitar ese misil que nos iba a destruir, ambas situaciones propias de una épica aventura espacial que nos llenarán las venas de adrenalina y nos harán sentir dioses.

Battlefront II

Pero, llegando a las conclusiones, he de decir algo. De verdad que no se qué hacer con Star Wars Battlefront II. En cualquier otra circunstancia lo recomendaría sin dudarlo, pero en el contexto de las cajas de botín me es difícil hacerlo. Es cierto que se puede disfrutar de él (y mucho) sin tener ni una sola carta potenciadora y que a veces no se llega a notar tanto el impacto de estas. Pero no puedo llegar a sentirme cómodo conmigo mismo si recomiendo un título que lleva a cabo prácticas tan abominables como darle ventaja al que más dinero puede meter.

Mirad, el juego es bueno. Bastante bueno se podría decir. Y os mentiría si dijese que no voy a volver de vez en cuando a echar unas partidas rápidas, porque es muy fácil pasárselo bien incluso cuando te están pegando una paliza. Pero es eso, que Electronic Arts ha decidido convertirlo en una tragaperras.

Al final de las primeras impresiones que escribí hace un mes y medio dije que este iba a ser el Battlefront de las sensaciones porque transmitía lo que era participar en el mundo de Star Wars. Pero ahora ya no creo que se le vaya a recordar como el Battlefrontde las sensaciones, sino como el Battlefront de las lootboxes.