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Spec Ops: The Line y el shooter militar

El pasado 29 de junio se cumplieron 5 años del lanzamiento de Spec Ops: The Line, un título que, en un principio, no fue tratado especialmente bien por la crítica. Si echamos un vistazo a su página de Metacritic vemos que su nota media es de 76, una no muy alta en el mundo de los videojuegos. Al título se lo calificaba de shooter genérico y tenía todas las de caer en el olvido como tantos otros, hasta que Yahtzee hizo su crítica en The Escapist, momento en el que se empezó a ver a Spec Ops con otros ojos.

La crítica hablaba del título como uno que, en vez de reproducir lo que hacían la mayoría de títulos por aquel entonces,es decir: parecerse a Call of Dutyintentaba criticar el panorama de los videojuegos de esa generación. Y eso es precisamente lo que hizo. Desde ahí comenzó a ganarse cierta fama, hasta convertirse en una obra de culto con repercusión. También la tuvo en España, gracias a que un conocido youtuberllamado Enrique Colinet, alias “Baxayaun”, al cual le hicimos una entrevista, estaba involucrado en el proyecto.

Spec Ops: The Line se desarrolla en Dubai, tras una tormenta de arena que ha dejado aislada a la ciudad. Tras seis meses sin noticias desde que el ejercito estadounidense interviniera para rescatar a los civiles, recibimos una retransmisión diciendo que “el rescate ha fracasado y ha habido muchos muertos”. Nosotros encarnamos al Capitán Walker, cabeza de un grupo de reconocimiento enviado para descubrir qué ha ocurrido en la ciudad. Pero lo que comienza como una misión de reconocimiento no tarda en irse al garete y convertirse en una espiral de sangre, muerte y violencia.

Ante todo, sabed que Spec Ops es una obra contextual. Su mensaje principal está anclado al momento y al entorno en el que se concibió. Esta obra actuó como crítica a la generación pasada, plagada de shooters que querían imitar lo que ya he mencionado anteriormente: a Call of Duty. No por el hecho de que quisieran emular a lo que tenía éxito, sino por el mensaje que transmitían: hacerte sentir un héroe, concretamente un héroe de guerra. Por eso este título nos intenta enseñar qué es de verdad una guerra y lo horribles que son en la realidad. Nos hará sentir culpables por las muertes que causamos y por las decisiones que tomemos, y lo mostrará a través de la evolución de Martin Walker, que durante el títuloirá volviéndose cada vez más sádico e insensible ante la muerte.

Dicho esto, tengo que admitir que la obra no ha envejecido del todo bien. Ahora hay gente que ha tratado el tema de la violencia en los videojuegos con mejor mano, como es el caso de Hotline: Miami, o incluso ya 14 años antes Metal Gear Solidhablaba de lo mala persona que eras por querer ser un héroe a través del asesinato.

Mecánicamente Spec Ops se siente bastante pobre y anticuado. Es el típico shooter en tercera persona con sistema de coberturas. Lo único que podemos hacer es movernos y disparar, disparar mucho. Es uno de esos títulos en los que nos enfrentamos a una cantidad obscenamente grande de enemigos. Supongo que puede ser parte del mensaje hacer rutinario el hecho de matar, pero cuando tras una oleada interminable de enemigos aparece otra el doble de inmensa, jugar a Spec Ops resulta cargante. Normalmente vas a estar matando gente sin pensar en las implicaciones de ello, porque la obra solo se preocupa de hablar del tema en momentos contados. Tiene detalles como ralentizar la acción una fracción de segundo cuando disparas a la cabeza para enfatizar el acto de matar, pero se queda corto para transmitir lo que el título quiere expresar.

Pese a toda la negatividad, Spec Ops: The Line no es en absoluto un mal videojuego. El título es, en última instancia, la historia de Martin Walker. Nuestro protagonista comienza la aventura como paladín de la justicia y la acaba convertido en un psicópata asesino de masas. Nada más derrotar a la primera oleada de enemigos, Walker expresa lo duro que ha sido para él el verse envuelto en una matanza. Sin embargo, si vamos a su yo del tramo final, este ordena a sus hombres que mantengan el helicóptero en el que están dando vueltas para que pueda acabar a todo el mundo que hay en la azotea del edificio de enfrente.  Nosotros, encarnando a este soldado, pasaremos por los mismos traumas y veremos los mismos horrores que él. La sinopsis de Spec Ops es simplemente un contexto sin mucha importancia para hacernos pasarlo mal, también a Walker.

Hasta el propio menú de inicio nos habla de la evolución de Walker. En él se ve una bandera de los Estados Unidos boca abajo sobre una azotea de Dubai. El símbolo de la bandera boca abajo es una señal de auxilio universal, pero son siempre los Estados Unidos los que van al rescate, los héroes que vienen y lo salvan todo. Pero en Spec Ops es la bandera de Estados Unidos la que pide ayuda y los héroes que vienen al rescate acaban convirtiéndose en verdugos. Incluso el propio emblema norteamericano hace un símil de cómo Walker va perdiendo la cordura y se va demacrando al mismo tiempo que él. La primera vez que iniciamos el juego, vemos que, aunque hecha polvo, mantiene la talla y hondea con el viento en su máximo esplendor. A mitad de la partida, esta se encuentra hecha jirones que cuelga de manera triste del mástil. Tras completar el título, la bandera está completamente destrozada, al igual que Walker.

Pero Spec Ops guarda su magia para momentos muy concretos. Algunos se centran en imágenes perturbadoras que nos muestran las consecuencias de nuestros actos, pero los que de verdad tienen valor son las decisiones. Estas son en parte una ilusión, no afectarán nada al desarrollo de la trama, pero sí que tendrán un impacto emocional, tanto en nosotros como en los personajes. Las elecciones casi siempre nos obligarán a salvar a alguien y dejar morir a otro, por eso nunca habrá una correcta, siempre morirá alguien. La única solución para dejar de matar a gente es dejar de jugar y el juego nos lo dice directamente. En las pantallas de carga del tramo final se pueden leer frases como “Si fueras buena persona, no estarías aqu픓¿Cuántos americanos has matado hoy?”“¿Te sientes ya un héroe?”. El título le habla directamente al jugador y le recrimina lo inhumano que es por querer continuar, por querer seguir matando.

Toda la calidad que atesora Spec Ops: The Line se ve fuertemente contrastada con un puñado de errores en el apartado jugable que nos dejan en una obra que se siente, a día de hoy, un poco anticuada. Quizás hacer un shooter  genérico no era la manera más apropiada de criticar a los shooters genéricos de la pasada generación. A pesar de todo, un guión con grandes ideas sobresale por encima del resto de apartados y hace de Spec Ops una obra muy recomendable. No es para todo el mundo. Si buscas diversión aquí no la vas a encontrar, pero si quieres reflexionar sobre todas esas muertes que provocas cuando estás jugando Spec Ops: The Line te la ofrecerá en forma de horror hecho videojuego.