Solaria Moon

Solaria Moon, más allá de la intriga

En 2015 el incipiente proyecto de Javier Nieto ganó el concurso español de videojuegos ZeroUno Networking, la plataforma que une a través de su trabajo a desarrolladores creativos con empresas del sector. Y en este caso fue precisamente el inicio de algo mayor, puesto que viendo el gran potencial que ofrecía la idea del ganador, la empresa Tizona Interactive le dio a Javier Nieto la oportunidad de formar un equipo de trabajo completo y crear el videojuego de sus sueños. De este encuentro nacería el estudio 3y3net y, posteriormente, Solaria Moon, la aventura gráfica que toma como escenario la nave de carga Taranis.

Situada en un futuro lejano, Lucy Lambert es una pasajera que junto a sus compañeros, Monroe, Pavlov y Martínez, transportan mercancías interplanetarias con destino la luna Europa. En la cinemática de introducción somos testigos de cómo el sistema de criosueño, que permite al equipo mantenerse en un estado de hibernación hasta llegar a su destino, sufre un fallo inesperado. A pesar de los intentos de la nave por reanimar a todos los pasajeros, Monroe y Martínez mueren y solo Lambert consigue recuperarse. Desorientada al despertar, nuestra protagonista se da cuenta de que el cuarto pasajero, Pavlov, se halla en paradero desconocido fuera de su cápsula, por lo que decide emprender su búsqueda para saber qué es lo que ha ocurrido.

Sin ninguna respuesta a todas las preguntas que le asaltan, Lucy debe recorrer la nave Taranis resolviendo rompecabezas que van desde desconectar generadores a resolver una partida de ajedrez. Como en juegos similares, los controles se reducen al movimiento de Lucy con el teclado del ordenador, mientras con el ratón movemos la cámara y accedemos a las zonas interactivas con el botón derecho siempre que aparezca la letra “E” al acercarnos. La explicación de cómo debemos mover al personaje se da en la pantalla de carga a la hora de entrar en el juego desde el menú principal, el cual destaca por una banda sonora fascinante y onírica. Cuando entré por primera vez a Solaria Moon, incluso llegué a esperarme unos minutos para disfrutar de la composición que acompaña al menú de inicio y que emula la tecnología de la nave Taranis. Tras acabar el título, solo puedo decir que es uno de sus puntos fuertes.

La historia, dividida en capítulos con pantallas de carga que a veces se ralentizan un poco, se une de manera casi inseparable con los puzles que aparecen y que son la base de Solaria Moon. El planteamiento inicial del juego es simple, casi diría que lineal, dado que se nos presentan retos a resolver y un único camino para solucionarlos sin poder profundizar excesivamente en lo que nos rodea. Y es que durante nuestro caminar en los escenarios de la nave se echa de menos poder interactuar más allá de los pocos objetos útiles que necesitaremos para resolver los retos que nos proponen. Estos rompecabezas, eje de Solaria Moon, se asientan en la lógica y las matemáticas en el contexto de la nave espacial, aunque a menudo nos encontramos con acertijos demasiado sencillos y en otros con pruebas de una dificultad desconcertante que, en ocasiones, se repiten en cuanto a mecánicas.

El hecho, asimismo, de no tener límites respecto a posibilidades en algunos de los puzles, como en las palancas que activar para conseguir una medida, nos pueden llegar a enfrentar a alguna hora muerta en la que podemos desesperarnos y que alargan de forma innecesaria la experiencia. Una vez resuelto el desafío de turno, avanzaremos al siguiente reto hasta que la protagonista descubra las pistas que le lleven a desarrollar la historia completa, lo cual no llevará más de 4 o 5 horas en el caso de ser audaces y entretenernos en los entornos. En el transcurrir de los capítulos el juego nos permitirá acceder a otros sectores y acabaremos visitando al completo la nave Taranis, que trasciende de ser una mera localización a una pieza clave en el desarrollo de Solaria Moon. A las localizaciones hechas en 3D, logradas mediante el motor Unity, se le unen las composiciones de Victor Tarín que enriquecen tanto o más que el propio apartado gráfico del juego y la sensación de soledad y aislamiento propio del lugar y situación en la que se encuentra Lucy consiguen traspasar la pantalla.

Será en Lucy Lambert, en su papel de protagonista, en quien recaerá el peso de una narración que se desarrolla a través de sus palabras y algunas notas, lo que hace que el jugador pueda involucrarse en la resolución de los problemas, pero no por desgracia en sus sentimientos y emociones al completo. Si bien el trabajo de doblaje con voces en inglés y español suaviza esta impresión, Lucy es una protagonista femenina que adopta una posición práctica ante los hechos. En ese aspecto, la voz de Inge Martín acentúa los momentos clave de la narración. Su voz se encargará de ofrecernos diálogos con los que ir encajando las piezas pero también, y no menos importante, de darnos alguna pista de cuáles serán los siguientes pasos a realizar si no nos ha quedado claro.

En cuanto al destino de nuestra protagonista y de la nave, el argumento acaba dejando cabos sueltos y un final abierto que nos deja con la intriga. La sensación es la de haber jugado un único capítulo o prólogo que acaba abruptamente, con unas explicaciones escuetas y aún más enigmas que resolver en caso de que el estudio español decida seguir ese hilo. Por el momento, 3y3net, a través de Steam Greenlight, ha dado como resultado un juego que, partiendo de un género abiertamente conocido, intenta salir de su zona de confort. A pesar de ello, la carga cultural heredada que le acompaña se percibe a través de las referencias a películas, libros y cómics que los amantes de la ciencia ficción verán reflejados en el título. El viaje de Solaria Moon nos envía, de este modo, a un futuro plausible, casi siniestro, en el que la humanidad debe sobrevivir en el espacio exterior sin saber qué secretos encontrará y donde su mejor arma será la inteligencia.