Shock Tactics

Shock Tactics, inspiración mediocre

He de confesar que el RPG táctico es uno de mis géneros favoritos. Gestionar tus unidades, su equipamiento, las estrategias que cambian conforme la misión avanza… es algo que me apasiona. Así que, como buen fan de estos juegos que soy, cuando supe de la existencia del título que nos ocupa, estaba deseoso de jugar a algo que bebe directamente de obras como XCOM. Y, aunque el juego tiene grandes ideas y añade diversas formulas al género, el resultado final ha sido algo bastante más agridulce de lo que esperaba. Así que preparad vuestros fusiles de asalto y vuestro trajes ambientales, hoy analizamos Shock Tactics.

Este título nos pone en la piel de un equipo de colonos no demasiado amigos con la ley que llegan por primera vez (o eso dicen) al planeta Hephaest. Este es un peligroso pero rico en minerales mundo que ha creado una verdadera conmoción en la Tierra, formando tras su descubrimientos varias facciones que lucharán por el control de los recursos naturales del planeta.

La historia de Shock Tactics no aporta absolutamente nada al título. Parece ser más producto de la necesidad para llevarnos al campo de batalla y la ambición brilla por su ausencia. Nos la cuentan a través de lo que parece ser un interrogatorio del científico jefe de nuestro bando, pero poco podría importarnos más, aquí venimos a disparar, por supuesto.

Lo importante del título, como es de esperar, es su jugabilidad. Su núcleo jugable comparte muchos elementos con juegos como XCOM, es decir, no es ningún secreto. Contamos con una escuadra de soldados, cada uno de ellos perteneciente a una de las tres clases disponibles, y para superar los retos que se nos presentan deberemos de utilizar estas diferentes habilidades de forma conjunta, ell concepto es bastante básico. Ahora bien, Shock Tactics es un RPG táctico bastante asequible en todos los sentidos. Las clases no tienen mucho impacto a la hora de combatir, la mayoría de soldados se comportaran de la misma manera, excepto a la hora de su equipamiento. Dependiendo de cuál arma porten nuestras unidades harán más o menos daño —los francotiradores han sido especialmente decepcionantes ya que apenas pueden disparar a largas distancias. La probabilidad de éxito también es bastante más misericordiosa que en la mayoría de títulos de esta índole, haciendo del combate algo más fácil todavía. Aunque nada nos salvará si jugamos sin tener un mínimo de sentido común.

La mecánica más interesante que el juego ofrece al género es la incorporación de una mapa del mundo, donde deberemos crear nuestra base a la vez que exploramos la superficie de Hephaest, al más puro estilo Civilization. Gracias a este plano, la profundidad del juego aumenta ligeramente, aunque realmente se trate de una pura ilusión para hacernos creer que estamos en un mundo inhóspito. Las misiones aparecerán de forma aleatoria, proporcionándonos los recursos necesario para investigar más armamento o mejorar las instalaciones de nuestra base de operaciones. Pero cuidado, después de determinados días, las fuerzas gubernamentales descenderán sobre el planeta y tendremos que defender nuestras colonias de esta inesperada fuerza invasora.

Ahora bien, todas estas virtudes que harían de Shock Tactics un pequeño gran juego para aficionados de la estrategia son completamente arruinadas por culpa de la prácticamente nula optimización que sufre. Quiero decir, cada vez que inicio el juego tardo como diez minutos en aparecer en el mapa del mundo y entre dos o tres minutos para entrar a una misión. Esto no sería ningún problema si tan solo fueran las pantallas de carga, pero cuando moverte entre los menús que conforman tu base para cambiar el equipamiento de tus tropas o investigar nuevas y poderosas herramientas se ve lastrado por esto, es un problema muy grave para un juego donde pasaremos el 80% del tiempo transitando estas pantallas.

Gráficamente tampoco destaca demasiado, cumple con su cometido con buenas animaciones y solidas texturas para tratarse del primer juego del este joven estudio. Poco puedo añadir a esto salvo el problema de la optimización. Es una lastima que algo así lastre de tal manera al título.

En cuanto al apartado sonoro, tenemos algunas melodías compuestas para el momento, no destacan en absolutamente nada y en concreto la del mapa del mundo se vuelve rápidamente repetitiva al sonar una y otra vez en un bucle infinito. El doblaje del juego, aunque bastante ausente, ayuda a meternos en situación una vez los momentos de narración tiene lugar (también escasos).