Nioh

Nioh, yokai souls y un poco más

En un inicio de 2017 movido por grandes lanzamientos, Team Ninja se hace un hueco antes de la tormenta de marzo con Nioh, un Action RPG que si bien se ha visto inevitablemente comparado con el título más representativo de From Software, se sabe alejar y diferenciar muy bien de este.

En un mundo en el que Inglaterra consiguió vencer a la Armada Invencible gracias a la ayuda de la alquimia y, en concreto, a la ayuda de la amrita, una piedra con propiedades sobrenaturales encontrada en el lejano lejano oriente, encarnamos a William Adams. Aunque la aventura a la que este pirata se va a ver obligado a hacer frente está inspirada en la historia del famoso navegante inglésdesde el principio se nos deja claro que va a carecer de rigor histórico.

Despertamos encerrados en las entrañas de la Torre de Londres y, ayudados por nuestro espíritu guardián, intentaremos escapar con la mala suerte de encontrarnos con el principal antagonista del título, Edward Kelley. Tras un primer nivel que hace a la vez de tutorial y de introducción, secuestrarán a nuestro espíritu, lo que hará que William tenga que dirigirse al país del sol naciente, lugar donde pondrá su vida en riesgo innumerables veces. Una vez contextualizado el título de Team Ninja lo primero que brilla cuando se nos da el control del personaje es la jugabilidad. En un principio, no esperaba que estar en la piel de un samurái pudiera ser tan gratificante, pero el uso de la katana está a otro nivel en Nioh. Pese a que hay una escasa variedad de armas (cinco tipos en concreto), dominar cada tipo será un mundo.

Tendremos tres posturas: alta, media y baja, y cada una tiene sus propiedades. Con la postura alta nuestra ofensiva será la más potente, pero estaremos expuestos a cualquier ataque, alto consumo de ki y esquivaremos con una lenta voltereta. La postura media es la más equilibrada en todos los aspectos, y aunque creamos que existiendo esta las otras dos son innecesarias, los yokai nos enseñaran lo equivocados que estamos por las malas. Por último, la postura baja, ataques rápidos con una capacidad ofensiva muy inferior, un bajo consumo de ki y movimientos suaves y rápidos a la hora de esquivar. Queda mencionar el pulso de ki, que hará que un toque de botón tras atacar convierta el combate en algo aún más frenético, ya que necesitaremos hacerlo en un momento exacto para no quedarnos sin ki y expuestos a un ataque letal.

Los enemigos a los que haremos frente es otro de los puntos fuertes del título, de guardias reales de Londres hasta mismísimos yokai, pasando por samuráis del más alto nivel. Y aquí está la magia de Nioh. Si bien no es el primer videojuego en el que aparecen yokai, aquí lo hacen en medio de una de las guerras más importantes de Japón, mezclando así realidad con folklore japonés, ya que la gran mayoría de los yokai se basan en los mismos de la cultura japonesa. El abanico de estos es fascinantemente amplio, abarcando desde los traviesos Tanuki (o Mujina) hasta la terrorífica Joro-Gumo.

Podremos hacer frente a estos temibles yokai solos o con ayuda. El multijugador de Nioh se basa en el cooperativo. Podremos invocar a un amigo o a un completo desconocido para que nos ayude con esa zona o ese jefe que se nos ha atragantado. Esto, que ya hemos visto en otros títulos, además de reducir la dificultad le da un toque más divertido a Nioh. Aún así, no se parece a lo que ya hemos visto porque para que nos puedan invocar en una misión tendremos que haberla completado con anterioridad. Además, aunque todavía no está implementado, Team Ninja ha anunciado que para abril de este mismo año tendremos el componente PvP que tanto se ha echado en falta, ya que lo más parecido que tenemos ahora mismo son espectros de otros jugadores caídos controlados por una IA.

Los niveles acompañan lo comentado de la mejor manera posible, puesto que visitaremos localizaciones reales a lo largo de todo el archipiélago nipón. El diseño de estos niveles da pie a la exploración, teniendo atajos que conectarán zonas con puntos de control anteriores y algún que otro secreto. Al estar divido por misiones, Nioh tiene una amplia variedad de escenarios y, aunque empecemos nuestro viaje en un pueblecito costero, podremos ir al monte Hiei o incluso a una casa ninja (con sus trampas y sus cosas ninja, sí). A esto viene ligado un problema y es que se nos saca completamente del juegopara que la diversidad de niveles exista: al acabar una misión se abrirá un mapa de la región en la que nos encontremos y tendremos que seleccionar la siguiente, que irá precedida de un pequeño texto que nos contará algo de esta.

No todo en la senda del samurái iba a ser bueno. Aunque solo dispongamos de cinco tipos de armas, cada arma que recojamos tendrá unos atributos distintos (cosa que también se aplica a las armaduras), esto no sería un problema si no acabáramos cada misión con una cantidad absurda de objetos de todo tipo. Si no nos deshacemos de la mayoría de cosas que recojamos, bien desmontándolas para herramientas de herrería o bien vendiéndolas por amrita, navegar por el inventario acaba siendo un infierno.

Los personajes de Nioh, aunque dejen un poco que desear, tienen su historia y sus motivaciones y los iremos conociendo según avancemos, tanto por misiones principales como por secundarias. Estos, al tener una base histórica, dotan a la obra de cierto interés pues, aunque no sea de la forma más exacta y fiel, conoceremos parte de la historia de Japón, en concreto del Período Sengoku. El problema es la forma de contarlo. En la gran mayoría de los casos, el espíritu acompañante de un personaje nos poseerá y una cinemática –narrador incluido– nos contará algo del pasado de este. Es una forma pobre de completar algo que no se ha conseguido por méritos propios, sobre todo cuando algunos personajes ni lo necesitan.

Aunque Nioh tenga sus fallos, sabe cubrirlos muy bien con el resto de apartados. Con unos jefes que retarán nuestra paciencia y harán brillar nuestras habilidades de samurái y el lado más místico de Japón, Team Ninja ha vuelto con una obra a la altura de lo esperado.