Los juegos de TecnoSlave

Los juegos de TecnoSlave #16: Especial de juegos cortitos

Se acaban las vacaciones y, con su partida, también el tiempo libre de muchos. ¡No lloréis! Bueno, igual sí un poquito. Eso sí, no os preocupéis porque en nuestra nueva entrega de Los juegos de TecnoSlave os venimos a hablar de tres títulos la mar de cortitos. Quizás no tengamos tiempo para las aventuras de Geralt o los largos juegos de Atlus, pero aún podemos disfrutar de este medio con obras que duran bastante poco.

Little Nightmares (Alejandro Serrador 🌐)

Las pesadillas, sueños desagradables que se caracterizan por el miedo o la ansiedad, son una experiencia constante a lo largo de la infancia, sobre todo cuando las preocupaciones pasan a ser el pan nuestro de cada día. Es un estado de alerta constante que se intensifica cuando las emociones de nuestra mente subconsciente emergen a la superficie de los sueños. Porque, ¿acaso no hemos tenido pesadillas después de haber visto algo que nos haya impactado de sobremanera? Como niños, somos fácilmente impresionables, y muchas veces nos ha resultado complicado discernir entre lo que es verdad y lo que no lo es. Ese intento de realidad es el que termina aflorando en el mundo de lo onírico.

Puede que Little Nightmares no sea un juego de terror al uso, pero sí es una oda a ese terror que todos pasábamos de pequeños cuando la oscuridad se adueñaba de la noche. En eso consiste la obra de Tasier Studios bajo toda esa imaginería visual que derrocha encanto por los cuatro costados. Una imaginería que abraza el estilo de Tim Burton y el cine de animación japonés como principales portaestandartes en pos de crear un mundo de auténtica pesadilla.

Si bien, Little Nightmares es mucho más que eso y no una mera cara bonita. Esta suerte de aventura de scroll lateral se las ingenia para ofrecer una sensación de indefensión persistente. Porque, como jugadores, tomaremos el rol de una niña pequeña, Six, y su apariencia demacrada envuelta en un impermeable amarillo lo dice todo. Combatir con este físico no es una opción por estos lares, de modo que el mechero que portamos, amén de nuestro ingenio, serán nuestras armas más valiosas en pos de salir indemnes de los peligros que nos acechan.

Mas los monstruos que guardan los oscuros intestisnos de Las Fauces no son la única amenaza en este descenso a la oscuridad.

Wet (Francisco Fernández)

Wet es una obra de Artificial Mind and Movement que fue publicada por Bethesda en el año 2009. Si tuviera que describir este juego sería con la palabra sorpresa. Este título pasó muy desapercibido en cuanto a ventas y los análisis realizados no le dieron una buena puntuación, pero una vez que lo juegas descubres que, aunque no estás ante una obra maestra, tiene un estilo muy peculiar que bebe directamente del cine de Quentin Tarantino, además de videojuegos como Max Payne.

Encarnamos a la peligrosa Rubi Malone, una mercenaria con muy mala leche que hará todo lo posible por cobrar por sus dotes asesinas. En este aspecto, la jugabilidad le viene como anillo al dedo, ya que tendremos que asesinar a los enemigos valiéndonos de nuestra espada y las pistolas que, ejecutando una de las muchas acrobacias mientras apuntamos, nos permitirán entrar en el “tiempo bala” que ralentizará el tiempo, permitiéndonos apuntar con mayor precisión, una más que clara referencia a Max Payne.Nuestras dotes con la espada tampoco se quedan atrás, y al tiempo haremos uso de una habilidad realmente poderosa a la que podemos denominar “furia asesina”, pues Rubi entra en un estado berserker, con el rostro cubierto de sangre, en el que descuartizaremos a nuestros enemigos con una facilidad pasmosa, mientras el escenario se tiñe de rojo, blanco y negro. También podremos correr por las paredes, como si se tratase de Prince of Persia, entrenar nuestras habilidades en la base, recuperar vida bebiendo güisqui en puntos determinados del escenario y comprar mejoras y armas para nuestro personaje una vez acabado un nivel.

La historia, que narra las ya trilladas rencillas entre bandas y mercenarios a sueldo, se desarrolla sin apenas sobresaltos mediante un sistema de niveles muy clásico, en los que tendremos que avanzar por distintos escenarios unidos por el hilo conductor de la argumentación, en los que tendremos que derrotar a enemigos finales para poder avanzar. En este aspecto, el juego no innova, pero tampoco lo pretende. No recordarás su trama, ni tampoco sus personajes secundarios, pues están muy mal definidos; tampoco sus gráficos, desfasados incluso para la época en que salió; recordarás a Rubi, el prototipo jugable de “La Novia” de Kill Bill, con su mala labia y su soez lenguaje; los intensos momentos de acción, la estética de los ochenta (incluso la cámara aparenta ser de esa época) y, sobre todo, la diversión que ofrecen algunos escenarios como el de la autopista, que recuerda mucho a la intensa escena de acción de Matrix Reloaded.

Rumu (Iván Lerner 🌐)

Rumu es uno de esos títulos que sólo podría haberse gestado en la escena indie actual, pues su temática y la forma de contar su historia no tendrían cabida en generaciones pasadas. Se trata de una obra narrativa basada en la exploración de una casa desierta, bebiendo bastante deGone Home en ese aspecto, en la que encarnaremos a una aspiradora inteligente programada para querer. Siendo uno de los 3 residentes de esta misteriosa morada, nuestro protagonista, Rumu, deberá meterse en cada hueco, por pequeño que sea, para descubrir la historia que hay detrás de estas paredes.

En un principio pudiera parecer que estamos ante la típica obra que viene a plantear si los sentimientos de los robots son válidos. Para los creadores de Rumu esto está más que rumiado, con lo que han preferido optar por usar objetos generalmente inanimados como medio para contar una historia sobre el luto y cómo las personas se aferran al pasado para no enfrentarse a la dura realidad que es sobreponerse a una pérdida. Es en el uso de electrodomésticos, algo mundano y alejado de los sentimientos, donde los empleados de Robot House han encontrado la manera de contar una historia de lo más humana.

Ya hablé de este título en Equilateral cuando salió, pero su repercusión no ha aumentado desde entonces. Me parece una auténtica pena, pues es una obra con muchísimo corazón que tiene el potencial de conectar con más de uno a muchos niveles. Con una duración de apenas dos horitas, poco más puedo decir en este formato, y es por eso que prefiero cerrar este miniescrito diciendo que las historias sobre grandes aventuras y salvar mundos están muy bien, pero no hay que cerrarle la puerta a aquellas que quieran hablarnos sobre aquello que puebla, de manera inherente, nuestra vida diaria.