Kero Blaster

Kero Blaster, tiempos pasados fueron mejores

Hoy vengo a hablar sobre Kero Blaster, un juego de Pixel, el creador de Cave Story. Antes de nada decir que Cave Story es uno de mis juegos de cabecera, y volver a entrar en contacto con el autor es una sensación súper agradable. Me transporta a tiempos pasados, donde apenas tenia preocupaciones aparte de la satisfacción de completar un buen videojuego. Soy consciente de lo típico que suena, pero conectar con mi yo pasado cada vez es mas difícil. Somos adultos, tenemos trabajos y cosas que hacer, responsabilidades, y cada vez somos mas selectivos con nuestro ocio, buscando experiencias menos arcade.

En Kero Blaster seremos un trabajador. Nuestra jefa nos gritará. “Otra vez enfadada”, añadirá nuestro compañero en una incómoda bajada de ascensor. Junto a él, llegaréis a un teletransportador que os llevará a diferentes áreas donde enfrentar a enemigos. Según he podido intuir, la cosa va de llegar al otro teletransportador al final de la fase y arreglarlo para tener acceso desde la central. Llega, acaba con todo y vuelve a casa. Y entonces vuelta a empezar.

Cada vez que visites la central la historia se ira desarrollando, pero seamos sinceros, la historia no es importante en este juego. Pese a traer una estética que evoca a su predecesor y un par de giros, lo importante de Kero Blaster es, valga la redundancia, que somos una rana que dispara a cosas.

Tras cada nivel conseguiremos un arma nueva, y derrotar enemigos nos dará monedas. Éstas se podrán gastar en tiendas para conseguir mejoras para nuestra rana o para nuestras armas. La muerte sólo se penaliza con perder el checkpoint en niveles no muy largos, así que tarde o temprano habremos ahorrado lo suficiente como para poder conseguir ese corazón extra que nos salvará al enfrentarnos contra el jefe.

Disparar las armas se siente genial. Cientos de balas salen disparadas de nuestra ranita asesina y contadores de daño saltan de las cabezas de los enemigos. Kero Blaster es simple y nos ofrece lo que viene promete. Acción sencilla, sin pretensiones.

Pero las comparaciones son odiosas. Recuerdo Cave Story a cada paso. A cada nota. A cada disparo. Kero Blaster se siente genial, y es un juego simple y divertido que me ha enganchado de principio a fin, pero no puedo evitar pensar en Cave Story y en lo mucho que me marco. Aunque sienta que estoy jugando a algo parecido, siento que me falta ese algo.

Kero Blaster es muchas cosas. Es un juego con un diseño de niveles brutal y junto a Hollow Knight una de las experiencias mas divertidas que han pasado por mi Nintendo Switch. Pero también es un juego sin identidad. Me alegro de recordar esos tiempos mejores, el mismo Hollow Knight me ha recordado a cuando me zambullía en el castillo de Drácula a sacar pollos de candelabros. Pero ante todo, tiene identidad. Y pese a que he disfrutado muchísimo Kero Blasterla sombra de uno de los juegos que inspiraron a miles de desarrolladores indies de principios de los 2000 es demasiado grande y repetir parte de su fórmula quince años más tarde no te hace ser recordado.

Tampoco quiero ser duro y acabar esto en una nota triste. Tal vez no sea culpa de Kero Blaster, ni de Pixel, sino mía. Tal vez Pixel sólo busca hacer algo sencillo, sin muchas pretensiones. Con Cave Story puso la carne en el asador, pero a veces simplemente no te apetece dar lo mejor de ti, ni crear algo que marque. A veces simplemente te apetece desconectar un rato. Quizás esté exigiéndole mucho a un juego que no busca ser más de lo que es. En todo caso, Kero Blaster me ha transportado a otros tiempo, pero esos tiempos pasaron. Gracias por recordarme porqué me gustaba tanto Cave Story y espero estar aquí para seguir hablando de las futuras obras de Pixel.

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