El año 1997 Studio Ghibli marcó un hito en la historia de la animación tras lanzar La Princesa Mononoke, la sexta película dirigida por el gran Hayao Miyazaki y que se adentraba en una crítica profunda y lacerante contra el comportamiento humano y su forma de acabar con todo cuanto le rodea. Bajo la sombra de esta obra, Kadokawa nos trae ahora God Wars: Future Past, un título que juega con el papel del hombre sobre la naturaleza tomando las raíces folclóricas del país del sol naciente.
El juego se situa en Mizuho, tierra que se encuentra dividida en tres naciones: Izumo, Hyuga y Fuji. La destrucción causada por el hombre en ellas lleva al enloquecimiento de los dioses, que solo puede ser frenado con el sacrificio de la princesa Sakuya de Fuji. Trece años después da comienzo la historia de la obra, con Kaguya (protagonista y hermana de Sakuya) encerrada para cumplir con el mismo destino que su hermana en caso de ser necesario, y su madre, la reina Tsukiyomi, en paradero desconocido. Su liberación supondrá el comienzo de un viaje en pos de salvar el mundo de su etapa más oscura, causada por el hombre y sus acciones.
Su trama ofrece un trasfondo interesante que le permite hablar sobre la naturaleza del ser humano, la crueldad de la guerra e incluso del papel de la mujer pero no acaba de calar. Los espacios argumentales tienden a convertirse en justificaciones para proponer otro combate y se desarrollan demasiado rápido, como si Kadokawa se preocupase por la posible impaciencia del jugador. Cuenta con momentos muy interesantes y el desarrollo de Sakuya enfrentándose a su destino es un buen punto en cuanto al papel de la mujer en los videojuegos. Pero se siente que podría haber ido a más y mejor. Por suerte el juego cuenta con un resumen en el que leer todo sobre su historia, personajes y desarrollo del mundo, lo cual representa una breve parada obligatoria tras cada capítulo.
Lo cierto es que God Wars: Future Past funciona mejor dentro de una parrilla de casillas y con una espada en la mano. Su sistema de combate se vale de mecánicas básicas del género, como el combate por turnos o el aumento del daño según la posición del jugador y el enemigo. Su sabor recuerda a títulos como Final Fantasy Tactics, pero cuenta con añadidos interesantes que le hacen innovar en la fórmula. El más destacable es el sistema de oficios, que permite equipar dos de los veinte disponibles más un tercero, fijo y único para cada personaje. Esto ayuda a crear personajes equilibrados y distantes entre ellos, incluso perteneciendo a la misma clase.
Y no es lo único que hace bien. El juego cuenta con un diseño de niveles (que, de nuevo, recuerda en exceso a Final Fantasy Tactics) especializado en la estrategia. Sabe como aprovechar sus espacios para posicionar a sus enemigos, haciéndonos la vida más difícil, y se atreve a incluir elementos adicionales, como el derribar el portón de un castillo para continuar el avance de nuestras tropas. No obstante, también cuenta con algunas rocas pesadas que lo acercan a la mediocridad. Su funcionamiento, aunque completo, resulta lento y tedioso y la curva de dificultad se desajusta en algunas partes del juego. Para solucionarlo la gente de Kadokawa nos ofrece la posibilidad de realizar decenas de misiones secundarias con las que subir de nivel, algo que arroja al juego al peligroso terreno del grindeo, obligando al jugador a realizar combate tras combate, sin ofrecer nada nuevo, para poder avanzar en su historia.
En otros términos, God Wars: Future Past hace un gran trabajo a la hora de recrear el Japón feudal en el que se basa. Se nota, desde luego, la mano de Takeyasu Sawaki (El Shaddai, Okami) a la hora de diseñar a los Yaoyorozu no Kami (“Ocho Millones de Dioses” en nuestro idioma), un concepto básico del sintoísmo que atribuye presencias divinas a la naturaleza y objetos; tema principal sobre el que gira el juego. Su estética ofrece cierta coherencia a su historia, ilustrando con acierto el mundo en el que se basa. Su banda sonora sigue los mismos pasos aunque no logra crear esa misma sensación, resultando repetitiva e incluso cargante tras unas horas seguidas de juego.
En términos generales God Wars: Future Past nos ofrece un argumento original, con ciertos aires clásicos y un trasfondo reflexivo que funciona bien, pero que se siente algo desaprovechado. Su sistema de combate se encuentra bien calibrado y ofrece una diversidad interesante, pero resulta cargante, desfavoreciendo el juego continuo a las pocas horas seguidas. Son detalles que lo hacen menos disfrutable pero que no arruinan la experiencia. Pese a todo, se ha sabido esta misma semana que Kadokawa está buscando opiniones sobre su título mientras prepara un nuevo juego de estrategia. Esperemos que aprendan de sus errores y vuelvan con más fuerza que nunca.