Darkest Dungeon

Darkest Dungeon, la muerte nunca fue tan adictiva

Kickstarter sin duda está cogiendo mala fama a causa de decepciones (y estafas) como Mighty Number 9. o Bear Simulator. Aún así, la plataforma de crowfunding ha logrado sacar a la luz muchísimas grandes y pequeñas joyas que han llegado para quedarse. Desde The Banner Saga hasta Pillars of Eternity, hemos podido disfrutar de grandes juegos salidos de esta ahora conflictiva web.

Hoy vengo a hablaros de uno de estos juegos que triunfaron tanto en su campaña de crowfunding, como en ventas y críticas:Darkest Dungeon. Que además de ser el primer juego de Red Hook Studios, recoge toda la esencia del universo de H.P Lovecraft y lo transporta casi al milímetro a un excelente juego de rol por turnos donde la muerte y la desesperación son los protagonistas. ¿Qué tiene Darkest Dungeon que después de todo un año se siga hablando de él? Aquí espero responder a esta pregunta.

Nada más comenzar nuestra pintoresca aventura, el juego nos advierte de que Darkest Dungeon será un duro y que fracasaremos la mayoría de las veces. Para hacer frente a las fuerzas del mal contaremos con distintos tipos de héroes, cada uno más pintoresco que el anterior (por ejemplo las clases van desde cruzado, bandolero, etc… hasta experimentos fallidos y ocultistas que cuentan con los favores de deidades oscuras). Para emprender una misión tendremos que formar un grupo con cuatro de estos buscadores de fortuna, y ya os puedo asegurar que aprender cuales son las mejores sinergias entre clases es esencial para sobrevivir a la mazmorra oscura.

La historia nos pone en situación con la narración (especial hincapié a la voz del narrador, absolutamente magnifica a la vez que la única que escucharemos en todo el juego) de una carta que un familiar nuestro nos envía desde algún sitio remoto donde tiene sus dominios. En la carta nos habla de cómo bajo su gran mansión encontró una especie de portal a una dimensión poblada por seres indescriptibles con oscuras intenciones. y que ahora todo el territorio esta corrupto por este poder maldito. Muy en las líneas de las obras de H.P Lovecraft (de donde los chicos de Red Hook sacan inspiración directa para la trama y enemigos del juego), Darkest Dungeon nos pone al frente de una fuerza de ataque para detener una fuerza arcana y antigua, que hace parecer a los hombres insignificantes en el basto cosmos.

Para hacer frente a esta amenaza, contaremos con una base de operaciones en este feudo maldito. El poblado será nuestro principal bastión a la vez que sitio de descanso y preparación para las misiones a las que nos enfrentaremos. En el pueblo podemos reclutar más buscadores para nuestra causa en busca de fama, meter a los héroes estresados en la posada o la iglesia local e incluso mejorar habilidades y armas en la armería y el gremio de luchadores a cambio por supuesto de un poco de oro.

Darkest Dungeon tiene algo que muchos juegos de estilo “sandbox” en esta generación han perdido: un “loop” realmente satisfactorio. Empieza con tu equipo matando un par de monstruos mientras exploras una de las cinco zonas que pueblan el feudo de tu ancestro (la propia mazmorra oscura es una zona por sí misma), recoger recursos por la zona, tus héroes enferman, tus héroes pierden el juicio, vuelves al pueblo, curas a tus afligidos, vuelves a repetir. Cada fase del juego esta especialmente diseñada para que no dure demasiado pero aún así mantener el aspecto estratégico de las decisiones que vayamos a tomar.

El combate se desarrolla por turnos. No tiene nada de especial realmente, ya que tendremos que buscar las debilidades de nuestros enemigos como en cualquier otro RPG del mercado. Las posiciones (cuatro posiciones del punto más alejado hasta la linea de combate) jugarán un papel fundamental a la hora de salir victorioso de los combates, ya que las habilidades afectarán a determinados enemigos dependiendo de la posición en la que estén colocados. Así mismo, los héroes cuentan con distintas habilidades que solo pueden ser usadas en determinadas posiciones. El quid de la cuestión viene cuando a nuestros personajes se les somete a situaciones extremas o terroríficas. Al igual que en las historias de Lovecraft, la locura es algo a tener en cuenta, y es que Darkest Dungeoncuenta con un sistema de cordura que puede arruinarnos una misión en un abrir y cerrar de ojos. Cuando el medidor de estrés llega a un determinado número, el héroe en cuestión puede perder la cabeza y contraer una enfermedad mental que afectará al ánimo general del grupo, o, por el contrario, puede sacar fuerzas de la desesperación y alcanzar un estado heroico, donde obtendrá potentes ventajas e incluso puede que ayude al grupo con curaciones y demás habilidades especiales.

A pesar de ser un “rogue like”, cuando un grupo entero de héroes es eliminado completamente por algún horror de la cripta no significa que la partida haya terminado para siempre. Siempre tendrás más personajes que usar y siempre podrás recuperar lo que has perdido, aunque eso no implica que el juego no te vaya a castigar por ello y tengas que lidiar con las consecuencias de tus actos, o simplemente con tener mala suerte en un combate aleatorio. La pérdida y la muerte son temas recurrentes en Darkest Dungeon y, cuanto antes aprendas a aceptarlos, mejor te ira en tu aventura.

Si antes he dicho que perder un grupo entero no es el fin de nuestra partida, perder todo nuestra hacienda sí es el final inevitable de todo. Y esto es muy importante, el dinero viene al completar misiones o saquear las mazmorras durante ellas, con ese dinero podremos comprar provisiones para sobrevivir en los ambientes hostiles del feudo además de para mejorar habilidades y armas. Es vital aprender a no gastar demasiado y gestionar las riquezas que tengamos en nuestro poder, u os veréis obligados a reiniciar unas cuantas veces el destino de vuestro territorio.

Respecto al apartado gráfico, tenemos ante nosotros un estilo artístico con mucho carisma, con ilustraciones dibujadas a mano con un toque de cómic europeo muy oscuro todos los personajes rezuman de personalidad a la vez que producen cierto desasosiego. En lineas generales, tanto el diseño de criaturas como los fondos están creados al detalle y con un mimo que es imposible no enamorarse de ello. En cuanto a la música, lamentablemente no hay temas que destaquen demasiado pero sí acompaña realmente bien a la acción en pantalla. Como ya he comentado antes, uno de los puntos fuertes es el narrador, Wayne June es el encargado de dar vida a este particular personaje que nos acompañará durante todas y cada una de las misiones, a veces infundiéndonos ánimos y otras recordándonos lo efímero de nuestra existencia.

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