Baobab's Mausoleum

Baobab’s Mausoleum Ep. 1, enarbolando lo absurdo

Siempre he odiado, casi de forma incondicional, las películas, series y música españolas (pido perdón si disfrutáis de ellas o generáis). No me preguntéis la razón, que yo tampoco la conozco; puede ser porque desde pequeño me he comido poco a poco que lo de fuera siempre será lo mejor, que en España no sabemos. Puede ser porque el tipo de historias y letra que ofrecían no me interesaba. Respecto a los videojuegos, nuestro campo, lo cierto es que he probado poco producto de aquí. Tan poco, que no soy capaz de recordar ningún nombre ahora mismo, sinceramente. Y cuando cayó en mis manos, ni siquiera sabía que Baobab’s Mausoleum provenía de nuestro humilde país.

La presentación del título se me hizo inusual. La descripción de los propios desarrolladores es «una mezcla entre Twin Peaks, Zelda Adventure DX y Bob Esponja», trabajos que no podrían distar más entre sí. Pues bien, resulta que no he saboreado ninguno de los dos primeros, y tengo cierta manía al último. Y aun así… he disfrutado Baobab’s Mausoleum. No sabía qué esperar de él, y lo cierto es que me he sorprendido a mí mismo sonriendo o enganchado al jueguito sin darme cuenta. Se separa de sus raíces, y es capaz de construir algo nuevo. 

Empecemos por el principio: Baobab’s Mausoleum se sitúa en Albatross Road, en 1990, un pueblo que de forma similar a Silent Hill, no existe en el plano físico y su acceso precisa de unos requisitos sobrenaturales muy concretos. La historia se nos cuenta a través del detective Watracio Walpurgis, una ¿berenjena con pelo de lechuga? Éste acaba entrando en la dimensión del pueblo tras tener un accidente de coche. La recepción que le espera aquí es incómoda, extraña, alienígena. Gente rara que habla raro, con peticiones raras y costumbres aún más raras. La niebla hace que el ambiente sea misterioso y violento, y que no puedas imaginar qué te espera a continuación.

Con esta descripción probablemente os haya venido a la cabeza algo parecido a mi primera impresión: ¿qué clase de caos tonal es este? ¿Tenemos personajes verdura con chascarrillos cliché situados en una ambientación tétrica y tensa? Lo cierto es que en los primeros compases no sabía por dónde coger al título de Celery Emblem. Estaba confuso, la imaginería y los diálogos me bombardeaban con información opuesta. Por suerte, esto cambia a mejor según progresas en la aventura, todas las piezas del puzle caen en su lugar y te encuentras inmerso en este extraño y original universo. Porque si de algo puede presumir Baobab’s Mausoleum es de originalidad.

No había hablado hasta ahora del apartado jugable porque merece mención aparte, aquí es donde brilla esta originalidad. Su primer acto es casi un point-and-click con vista de pájaro. Su segundo acto, un JRPG. El tercero, un puzle de botones, y así sucesivamente. Baobab’s Mausoleum no tiene miedo a cambiar constantemente sus mecánicas y su forma de jugar, estableciendo así una cohesión inesperada con su parte narrativa. Disfruté bastante con, por ejemplo, el fragmento en el que la cámara pasa la primera persona mediante unas gafas 3D. También veo necesario mencionar el capítulo en el que necesitas ir a la página web del juego, buscando un código. Aquí la referencia a cierta Kojimada es descarada, y ese es otro aspecto en el que el juego brilla.

Los guiños, cameos y momentos autoconscientes son constantes. Muchos. Y muy bien llevados, ya que, como digo, en este universo todo tiene cabida. Puedes estar buscando un objeto en particular para ayudar a un habitante del pueblo y encontrarte al hijo de Michael Myers, Larry, quien está un poquito atormentado por verse obligado a vivir a la sombra de su padre.

Aun así, es un juego que se encuentra con problemas y elementos mejorables. La dirección artística y el apartado gráfico son inestables: a veces el pixel-art del título sorprende… porque es bastante mejor que en otros momentos; algunos puzles, como cierta pared agrietada, pueden hacer que te frustres sobremanera por la falta de indicaciones; los controles podrían estar más pulidos, pues en ciertos momentos en los que requieres de precisión estos te abandonan; en ocasiones, los diálogos, al menos en español, cojean un poco en lo que a signos de puntuación se refiere, dificultando su lectura. Espero que en los Episodios 2 y 3 se puedan arreglar estos asuntos, pues empañan un poquito la experiencia.

No puedo despedirme sin hacer mención especial a la banda sonora; es sorprendente lo que consigue en lo que a inmersión se refiere. Te introduce en su mundo como quiere, con esos tonos disonantes y ritmos ajenos. Y bueno, que eso. Por fin podré decir que existe un producto español moderno cuyo nombre recordaré.