El otro día, recorriendo los pasillos de una tienda, me percaté de la gran cantidad de obras clásicas reeditadas que encontré. Vinilos, películas remasterizadas e incluso nuevas ediciones de libros antiguos. Y es que lo clásico ha vuelto. El sector de los videojuegos no podía ser menos y últimamente, sobre todo gracias a lo indie, podemos disfrutar de títulos de corte clásico. Este es el caso de Alwa’s Awakening, desarrollado por Elden Pixels, un pequeño estudio sueco formado por tan solo cuatro personas.
Lejos de evitar pretensiones, el propio equipo ya deja claro su intención de hacer un tributo a los juegos de NES. Así resulta una clara vuelta a los orígenes, una reformulación de clásicos, como los primeros The Legend of Zelda o Kirby. Alwa’s Awakening es de otra época, con todo lo que ello conlleva.
La historia nos pone en la piel de Zoe, una jugadora — como tú o como yo — que despierta en un reino de fantasía, Alwa, con la misión de salvarlo de las garras del mal. Sin necesidad de más, el juego nos lanza a un mundo hostil, repleto de enemigos, secciones de plataformas y puzles que completar para superarlo. Desde Elden Pixels creen en la inteligencia del propio jugador y no le dan la mano en ningún momento, si no que es él mismo el encargado de descubrir poco a poco los misterios que encierra cada lugar.
El juego cuenta con una curva de dificultad ajustadadonde se aplica el término más clásico del género, el aprender jugando. Zoe comienza sin armas, haciéndose rápidamente con un bastón con el que atacar y un mapa que revelará en cada momento donde se encuentran los cuatro enemigos finales del juego. A estos se añadirán diversos poderes, como el de crear bloques que podemos arrastrar, burbujas con las que acceder a lugares elevados y, por último, el de atacar lanzado rayos. Estos poderes no solo son necesarios para evitar los ataques enemigos, sino que el utilizarlos será esencial para superar los diferentes retos que se presenten en forma de puzles.
En este apartado el equipo ha realizado un excelente trabajo, no solo creando espacios donde experimentar con cada poder por separado, sino incluyendo también algunos donde la única manera de avanzar es la combinación de todos. Las batallas contra los Protectores — los jefes finales del juego — también sirven como una suerte de ‘examen final’, donde demostrar nuestra valía y aprovechar los conocimientos obtenidos para hacernos con la victoria. Además de convertirse en los momentos más tensos y disfrutables que ofrece el juego.
Otro punto donde triunfa Alwa’s Awakening es en su apartado técnico. El juego toma las limitaciones de la época a la que rememora sin, por ello, perder atractivo. Sus gráficos simulan los clásicos de 8 bits, generando escenarios poco naturales pero con unos componentes jugables muy disfrutables. Por su lado, la banda sonora resulta una delicia para todos aquellos que disfruten con los sonidos chiptune, aunque puede resultar algo repetitiva si no conseguimos completar cada escenario en un tiempo adecuado. Los 25 temas que componen su banda sonora pueden escucharse de forma gratuita en el canal oficial del juego, un bonito detalle por parte de sus desarrolladores.
Pese a todo el título también tiene sus puntos flacos. El primero es que los controles. Si utilizamos teclado, resultan impracticables y el juego no permite cambiarlos, por lo que hacer uso de un mando para jugar resulta la mejor opción. Por otro lado, la narrativa del juego parece adaptarse también a las limitaciones de la época. Esto no es algo negativo si tenemos en cuenta que es un título que se centra en la pura jugabilidad, en el reto, la diversión de superar todos sus obstáculos. Sin embargo el juego parece querer ir a más, especialmente durante las batallas contra los Protectores, pero suele acabar en saco roto.
Alwa’s Awakening es un juego atemporal, un título para los más nostálgicos o aquellos que buscan un reto como los que se ofrecían en los tiempos de NES. Sus mecánicas son atractivas y la curva de dificultad que traza no es demasiado alta, por lo que resulta fácil adaptarse a él. Por otro lado, su apartado técnico derrocha personalidad y resulta toda una delicia para los fanáticos de los 8 bits. Además, sus escenarios se encuentran completamente conectados, haciendo demostración de un buen diseño de niveles. Por si fuera poco, el juego cuenta con algunos secretos repartidos por todo el mapa que ayudan a aumentar ligeramente la escasa duración del mismo, que se mueve entra las cinco y diez horas.