Las artes marciales han formado parte de mi crecimiento como persona. Desde muy pequeño me quedaba embobado viendo películas de, por ejemplo, Bruce Lee. Poco después, me regalaron una PlayStation (mi primera consola) junto al Tekken 3, y bueno, sumad dos más dos. Más tarde, antes de llegar a la adolescencia, durante un año y unos meses practiqué kárate; se me daba bien. A pesar de esto, la lentitud a la hora de progresar me hizo cansarme de ello. También me aficioné brevemente a las artes marciales mixtas. Muy brevemente, y ya más mayor. Con esto, quiero llegar a dos puntos: el primero, que las artes marciales molan. Mucho. Y el segundo, en consecuencia al rollo que os he metido, que Absolver tiene todas las papeletas para gustarme. Y vaya si me gusta.
Absolver es un título de aventura en tercera persona desarrollado por Sloclap y distribuido por Devolver Digital. El título basa su jugabilidad total y completamente en la lucha cuerpo a cuerpo. Es lo único que vas a hacer durante las horas que pases en Adal. Existen las ocasionales áreas de descanso, existe un sistema de niveles y equipo, existe una trama difusa… pero es circunstancial, condimenta la experiencia y convierte la base en un producto más completo. A Absolver hemos venido a dar toñas. Y a recibirlas. Y a aprender de ellas.
Quizás me apresure o peque de ignorante diciendo esto, pero Absolver podría ser el juego de pegarse con el sistema jugable más completo y personalizable hasta la fecha. Funciona así: tienes una barra de salud y otra de energía, y las peleas, uno contra uno, se desarrollan mediante combinaciones de golpes. Como es habitual, cada golpe consume una fracción de este último medidor. Estos golpes se lanzan desde cuatro posturas distintas, que puedes cambiar manualmente o lanzando ataques concretos. El número de ataques que existe es… alto. Estos golpes se dividen en cuatro grupos, llamados escuelas, o estilos. Así, tu avatar puede disponer de infinidad de puñetazos, patadas, saltos, volteretas, empujones, fintas y bailes. Estos ataques los escogerá y distribuirá el jugador, como si de una baraja de un JCC se tratase. Para usarlos, se asignan a slots que decidirán cómo se encadenan y en qué postura desembocan.
Todo esto suena muy técnico y aburrido, titánico e inabarcable. Dominar tantos movimientos, tener en cuenta tantos factores y controlarlo todo en tiempo real no parece apetecible. Es igual que empezar a aprender un arte marcial. Pero nada más lejos de la realidad: jugar a Absolver resulta delicioso. Todos sus componentes están integrados de forma suave y sutil, te enseña las bases y te permite crecer poco a poco, sin que te percates. Jugando y jugando es como acabas dominando las reglas que rigen el juego. Curiosamente, igual que cuando ya practicas regularmente un arte marcial.
Pero donde creo que brilla el diseño jugable de Absolver es el método para obtener nuevos movimientos. Podríamos llamarlo «mira y aprende»: cada combate supondrá un intercambio de golpes, eso está claro. Sin embargo, si eres capaz de bloquear(o esquivar, o absorber) un golpe que no domines, obtendrás conocimiento sobre éste. Si eres capaz de evadir X puñetazo o Y patada las veces necesarias, tu personaje acabará adquiriendo la capacidad de emplearla él mismo en combate. Así, el juego te incentiva a jugar bien, a dominar el estilo de combate que escogieses y a aprender de los demás.
Como he dicho (y habéis podido comprobar), casi no se hace otra cosa que pelear, y aunque no se echaría en falta ningún otro elemento, los hay. El universo en el que se desarrolla la aventura es uno de fantasía sorprendentemente original, y rico, e intencionadamente parco en detalles. La dirección artística es un acierto enorme: la simplificación y estilización de las formas permiten que todos los elementos fluyan como el agua; una danza visual. Y su uso del color es genial, nadie puede negarlo. Su banda sonora acompaña perfectamente, y sabe cuándo ser silenciosa y cuándo asaltar tu oído con tambores violentos. Todo este trabajo, además de lo bien integrados que están los controles, permiten que el nivel de inmersión sea bastante alto, y el ambiente traspase la pantalla y embriague al jugador.
Si la experiencia se quedase ahí, ya habría sido un juego muy digno. Pero no se queda ahí; de hecho, ni siquiera he hablado del eje central de Absolver: el multijugador. Mientras vas explorando ciudades en ruinas, templos olvidados o bosques tranquilos pero poco fiables, puede que acabes cruzándote con otros jugadores, experimentando el mismo viaje que tú.
Estos jugadores habrán pasado por otros sitios, peleado con otras Promesas (el nombre de los jugadores y los NPC enemigos), por lo que tendrán otros conocimientos. Puede que sean un capullo o una asquerosa, y te peguen la paliza más flagrante que te van a pegar en tu vida. Pero también puede que sea una persona respetuosa, y que procure que ambos progreséis y consigáis cosas juntos. La forma con la que Absolver te permite comunicarte con otros es una muy limitada, y es de forma intencional; sólo con con unos pocos gestos y mediante peticiones (básicamente, cooperar o declarar combate). Por esto, todo es ambiguo y sospechoso, pero precisamente así, cuando creas vínculos, sabes que son más fuertes. Además, la inclusión del modo coliseo uno contra uno es la guinda, que permite encuentros geniales cuando hacen click.
Aun así, Absolver no es perfecto. El sistema online funciona a medias: explorar el mundo puede ser algo tedioso si te cruzas con jugadores con mala conexión, pues estropearán la IA de los NPC y te harán dar brincos por todo el mapeado. La duración de su campaña es ligeramente decepcionante, y su final abierto debido a las futuras actualizaciones (gratuitas) grita oportunidad perdida. El propio desarrollo de la historia es… soso, no es más que un “haz esto, supera estas pruebas y listo”. El sistema de niveles es algo difícil de comprender, ya que en ningún momento se explica claramente en qué influye cada stat. La optimización en PC no es la mejor del mundo, y puede causar problemas a gente con equipos medianos; también tiene petardeos gráficos para todo el mundo, que ralentizan la fluidez esperada, y bugs, aunque poco importantes.
De todas maneras, de este juego sólo soy capaz de recordar el buen sabor de boca. Las alucinantes vistas, los espectaculares y tensos combates, lo interesante y sugerente de su universo,… Casi me dan ganas de ponerme una máscara y salir a partirme la boca con el resto de semidesnudos. Y no lo saquéis de contexto, por favor.